jueves, 17 de julio de 2025
El amor no se termina, lo matas. Una tarde de otoño, mientras lanzabas las llaves del auto y proferías un arrebato. A la salida del cole, cuando dijiste que la mamá de Natalia te parecía más linda, o aquel verano cuando no te gusto el pescado, porque tu hermana lo sabía hacer mejor.
Aquellos días de invierno cuando mis manos congeladas buscaban tu abrazo, y lo único que encontraron fue el portazo de la contraseña que le pusiste al whatsapp, porque claro, tu celular debe tener más seguridad que el pentágono.
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