domingo, 9 de mayo de 2010

Z- TaUr! 2.0

" El silencio lo es todo..." HS

Caminaba sin rumbo de un lado a otro, parajes sinuosos y estridencias sonoras perturbaban su andar. De pronto se detuvo, la estación del tren a pocos metros le pareció un excelente lugar para huir, observó el paisaje y escapó hacia ninguna parte. De la nada, empezó a correr como quien es perseguido, prófugo de una muchedumbre indiferente, un par de voces alcanzaron a confundirle de vez en vez. Continuó su trayecto. Los rostros le parecieron bastante familiares, y pese a devolver el cortés y protocolario saludo, no lograba recordar quiénes eran y cuál era el vinculo que les unía.
De pronto, tropezó con alguna piedra gigantesca y cayó en un túnel oscuro e infinito, al principio gritó con todas sus fuerzas, pero la voz simplemente no salía. El fondo del túnel nunca llegó, y después de la angustia y la frustración de no poder siquiera gritar, comenzó a acostumbrarse. La velocidad de la caída producía una sensación de libertad bastante agradable, el viento en su rostro, su cabello ondeando como en uno de esos comerciales de tintes, la idea le ruborizó.
Es incalculable el tiempo que demoró la caída, incluso el aburrimiento hizo acto de presencia. Comenzó a divagar. Campos de flores, icebergs derritiéndose, osos polares tomando el sol y tirados en la arena, parecía un ciclorama con el proyector en modo aleatorio. Al fin llegó una reproducción que llamó su atención. Era un agujero en la pared, decidió asomarse y cuál fue su sorpresa; descubrió los viajes multidimensionales.
No supo cómo, ni cuándo (la caída afectó su noción del tiempo) pero de la nada apareció en un planeta distinto, hacia donde volteara había luces, incluso llegó a pensar que estaba en Las Vegas, o algo parecido. No logró observar a detalle a las personas de aquel lugar, todos le parecían foquitos navideños andantes, además de no entender el idioma extraño que parloteaban, era una especie de italo-arameo-griego-chino-otomí que no lograba descifrar.
Al menos se sintió aliviado, ya no seguía cayendo en el túnel sin fin. Decidió ir a inspeccionar el lugar y como turista por el Amazonas, se aventuró en un mundo desconocido.
En la especie de centro comercial de aquel lugar, encontró una bebida muy parecida al café y unos canapés dulces que le volvieron loco. “un cigarro y estoy en el paraíso...” pensó. De pronto, escuchó una voz que le resultaba familiar, y de manera inconsciente comprendía el nuevo lenguaje. Era la transmisión intergaláctica de una nave perdida en el espacio, el tripulante de aquella nave era un viejo conocido suyo.
Emocionado ante tal acontecimiento, comenzó a buscar el equivalente a una computadora,lo cual por cierto, fue un fracaso rotundo. Al parecer aquella civilización no utilizaba esa clase de artefactos. Los habían descontinuado por “fallas en el sistema”, según lo que pudo averiguar (porque incluso el tema estaba prohibido) hacia tiempo que las famosas computadoras causaron una grieta espacio-temporal que condujo a un cataclismo universal, un par de constelaciones desaparecieron y galaxias enteras se vieron amenazadas, de hecho el lugar dónde se encontraba era una zona reconstruida de lo que un día fue… Z-Tauri.
Al escuchar aquel nombre, sintió un extraño palpitar en el pecho y algo le hizo estremecer, su inexplicable interés supero a la curiosidad y se dio a la tarea de conocer la historia completa.
En poco tiempo aprendió el lenguaje de aquel de extraño lugar, consiguió un empleo de cuervescritorio y como la mayoría de los foquitos de navidad construyó su propia rutina diaria. Se levantaba cada día, acudia a la plazuela a tomar el “ainefac” (bebida sustituta del café) y devoraba esos canapés dulces que tanto le gustaban. Todos los lunes ejercía un ritual casi sagrado para escuchar a su viejo amigo el señor Lagartija desde su transmisión intergálactica en algún lugar. El resto del tiempo lo pasaba haciendo cosas de cuervescritorio, pese a que le consumía la mayor parte del tiempo, cayó en la cuenta de que le fascinaba su trabajo.
Gradualmente olvidó aquella historia de Z-Tauri, incluso comenzó a sentirse nativo de aquel planeta, los recuerdos del túnel eran más bien como uno de esos extraños sueños que no logras distinguir si fueron reales o simplemente un producto imaginario.
Un día cualquiera, después de mucho tiempo, ejerciendo las actividades comunes de un cuervescritorio y por alguna extraña razón que ni él mismo se explica, terminó deambulando por un museo. Como si se tratasé de un recuerdo o alguna especie de deja vú sintió aquella extraña sensación, le vinieron mareos, visión borrosa y de pronto ¡zaz!, se desplomó.
Mientras estuvo inconsciente, varias decenas de foquitos de navidad lo rodearon, le hicieron algunas pruebas y le llevaron a un hospital de máxima seguridad. Cuando volvió en si, descubrió que se encontraba altamente custodiado, pero no entendía nada. Los foquitos- guardias le hablaban de sentencias, cargos, delitos, y una lista interminable de acusaciones que no lograba comprender. “Yo soy un simple cuervescritorio… no entiendo ¿tanto alboroto por ir a un museo?...” – preguntó.
Esto sólo consiguió enfurecer a los foquitos-guardias, pero debido a su delicada situación no pudieron hacer nada más que esperar. De pronto, una enfermera entró en la habitación y les pidió desalojar. Algo le pareció extraño en ella, no era como el resto de los habitantes foquitos de aquel planeta, era …distinta.
¿Cómo se siente hoy señor Cuervescritorio?, preguntó la foquito-enfermera, con una dulzura un tanto familiar.
Confundido, bastante confundido, ¿cómo sabe que soy cuervescritorio?, ¿usted sabe por qué estoy aquí?, ¿Qué fue lo que paso?, …
Todo a su tiempo señor cuervescritorio, interrumpió las inquisidoras preguntas, todo a su tiempo. Por ahora, necesitas recuperarte, ha sido un viaje largo, como si hubieras caído de un túnel. . .
¿Qué?, ¿Cómo has dicho?, ¿quién eres?, ¿Qué sabes sobre el túnel?... preguntó exaltado.
La foquito- enfermera le sonrío repitiendo: “Todo a su tiempo”…
El cuervescritorio más confundido que antes, agobiado por tanto pensar, cayó en un profundo sueño.
Los días transcurrieron y la recuperación del cuervescritorio fue muy lenta, le diagnosticaron “odaisamed ojabart” una especie de virus infeccioso tipico en los cuervescritorios. La foquito- enfermera y él, entablaron una excelente amistad, aunque continuaba con demasiadas preguntas sin responder, y no entendía ni la mitad de lo que estaba pasando, pero se sentía aliviado.
Cuando por fin pudo levantarse, la foquito – enfermera lo llevo a dar un paseo para rehabilitar sus músculos (Al cuervescritorio, como a todos los de su especie, no le gustaba el sol, así que logro convencer a la foquito- enfermera para cambiar sus paseos a las noches) En general, era bastante consentido y afortunado, cada noche la foquito- enfermera lo llevaba a un bosque secreto junto a un lago, y mientras caminaban le leía algunos clásicos de la literatura tauriana.
El cuervescritorio, estaba fascinado ante aquellos relatos, y trataba de comprender a la civilización a través de los libros, pero hacía falta algo, lo cual le hizo recordar aquella historia inconclusa de las computadoras y la destrucción, así que decidió preguntar.
La foquito- enfermera esquivo la pregunta, pero el cuervescritorio insistió.
En Tauri no hablamos de eso, dijo.
¿Por qué?, anda confía en mi, o ¿se activará una especie de alarma si pronuncias alguna plabra de la historia?, preguntó en tono sárcastico.
¬¬, no, en realidad no.
¿Entonces?, ya dime.
Augh, esta bien, pero tendrá que ser mañana, por ahora es muy tarde y debemos regresar antes de que llegue el siguiente guardia, recuerda que el paseo nocturno es de contrabando, deberías rehabilitarte por la tarde como el resto de los pacientes.
“Wawawa..”, también debería no tener a 80 foquito-guardias custodiandome como el resto de los pacientes, pero por lo visto no, no soy “como el resto de los pacientes”, replicó.
Augh, en efecto… no lo eres. La foquito – enfermera lo miro con nostalgia y tristeza.
¿Qué pasa mi foquito –enfermera preferida?
-ella sonrío- “Foquito- enfermera” jaja, me gusta cuando me llamas así.
Es que tu nombre es “irrevelable”… siempre que te lo pregunto me sales con que “todo a su tiempo”.
Pues tú tampoco me has dicho el tuyo, señor cuervescritorio.
Si me dices el tuyo, yo te diré …(su pensamiento lo interrumpio creando un silencio prolongado)
¿Qué pasa señor cuervescritorio, qué me dirás?
Yo te dire…
¿Qué?
Yo, … yo…
Tú…?
Yo, yo no sé cuál es mi nombre… o.O
Augh, con que don cuervescritorio no sabe cuál es su nombre eh?, vaya, estos cuervescritorios de hoy.
En verdad, no sé cuál es mi nombre… U.U
Bueno, entonces tendremos que inventarte uno, ¿qué te parece?, veamos, cuál sería un buen nombre para un cuervescritorio…
Bueno, búsquemos uno que combine con el tuyo.
o.O…¿con el mío?
Sí, ¡con el tuyo!
¬¬, eso es trampa…
JA JA JA, claro que no.
Claro que sí, y es hora de regresar a tu habitación, debes descansar para recuperarte pronto.
Bueno, está bien, pero prometeme algo foquito-enfermera.
¿Qué?
Esta noche pensaré en un buen nombre para mi, a cambio tú me dirás el tuyo, (además de contarme lo de la historia, le susurró) …¿tenemos un trato?
Augh, tenemos un trato. Por ahora, dulces sueños cuervescritorio.
Descansa foquito-enfermera…

Al siguiente día, el cuervescritorio espero con ansias que llegara la noche para dar ese paseo de rehabilitación nocturna. Cuando por fin llego la hora, la emoción le resultó incontenible y abrazo a la foquito- enfermera junto al lago, de pronto su mirada se desvió al cielo, algo había llamado su atención.
¿Qué fue eso?
¿Cuál?
Pues… llevo 6 mil años luz desde que llegué a Tauri y nunca había visto una sola estrella en el cielo, y mucho menos una estrella fugaz.
o.O –la foquito –enfermera se sobresaltó - ¿Cómo has dicho?
Pues, si, acaba de pasar una estrella fugaz y … pero que tonto, te estaba abrazando cuando sucedió, no pudiste verla, bueno ya no importa, ahora cuéntame la historia, pero antes dime tu nombre.
La foquito-enfermera se puso nerviosa.
De pronto, comenzó un ruido estridente y varias luces en el cielo como buscando algo aparecieron.
¿Qué pasa?, ¿qué es ese ruido espantoso?, y esas luces ¿qué están buscando?
¡Rayos!, esto no tenía que pasar… lo arruiné, otra vez lo arruine, perdóname.
¿Qué tengo que perdonarte foquito-enfermera? ¿Qué pasa?
Augh, suspiró profundamente, y dijo, tu nombre es Antony… y esas luces te están buscando a ti.
¿Qué?, ¿Cómo sabes mi nombre?, no… (cientos de imágenes llegaron a su mente, y aquella sensación de recuerdos somnolientos también se hizo presente)no… no entiendo nada.
Ven, sígueme, no tenemos tiempo.
¿Tiempo?, ¿Tiempo para qué?, me vas a tener que explicar de una buena vez… Mientras Antony la miraba con desconcierto y enfado, la foquito-enfermera se mostraba preocupada y de pronto lo jaló para comenzar a correr.
¡No!, no pienso ir a ningún lado, estoy cansado de esto, no entiendo nada, no sé por qué me persiguen, no sé qué pasó en el museo, ni por qué hay tantos foquito-guardias custodiándome, necesito que… -La foquito-enfermera lo interrumpió- ¿Antony?, ¿confías en mí?...bien, pues espero que lo hagas, no hay tiempo, sólo corre…
Después de una larga persecución, por fin la foquito- enfermera logró alejarlo del peligro, encontrando refugió en un pasadizo subterráneo detrás del lago.
Y bien, ahora si me vas a explicar ¿qué es todo esto?, ¿quién eres?, y ¿por qué sabes mi nombre? Y también dime cuál es el tuyo, estoy tan cansado de tantos misterio…(de pronto se percató que la foquito-enfermera estaba hecha un mar de llanto) ¿Qué pas…?
Perdóname Antony – lo interrumpió mientras se lanzaba a sus brazos- se supone que esto no tenía que pasar, tú no debías regresar a Tauri, teníamos un acuerdo tú y yo…
Cada vez, el cuervescritorio se sentía más desconcertado.
¿Me puedes explicar? , porque honestamente, no entiendo nada de nada.
Augh, Antony, Z- Tauri es una estrella binaria situada en la constelación de Tauro. Los antiguos babilónicos la conocían como Shurnarkabti-sha-shutu, que se puede traducir como "la estrella del cuerno sur del toro", ya que ocupa ese lugar en la constelación, en China la llamaron Tien Kuan —o Tien Kwan—, "la puerta celestial". Se encuentra a 417 años luz del Sistema Solar.
Junto a ella se encuentra el pulsar del cangrejo, lo que los mayas le solían llamar el Xibalbá, hogar de una antigua estrella: i.
Hace 700 mil años luz, en Tauri estaban de moda lo que conocen en tu mundo como computadoras, y un día i, quién por cierto era aficionada a navegar por la web, encontró un portal de tu mundo que llamó en exceso su atención por la pasión con que escribían en aquel planeta. Gradualmente i se fue involucrando cada vez más con su forma de vida, y un día halló la ruta para comunicarse con el dueño del portal. En el instante que lo hicieron surgió una conexión inmediata entre dos seres tan distintos y de mundos tan lejanos, la distancia espacio-temporal pareció insignificante e inofensiva. Conforme pasó el tiempo, el habitante de aquel planeta e i conformaron una relación tan estrecha que provocó una severa catástrofe.
i, es la estrella principal del sistema; una subgigante azul de tipo espectral B2 IV con una temperatura que en su superficie alcanza los 22 mil K. Considerando la importante cantidad de energía radiada en forma de luz ultravioleta, su luminosidad es 57 mil veces mayor que la luminosidad solar. Rota a la enorme velocidad de 330 km/s, 115 veces más deprisa que el Sol, lo que se traduce en un período de un sólo día —el Sol completa un giro en 25 días—. Relacionado con ello en su condición de estrella Be, siendo una de las mejor conocidas dentro de esta clase, el brillo de la estrella fluctúa aproximadamente en una décima de magnitud. Con una masa de 9 masas solares.
Cuando conoció al dueño del portal, i tenía una edad de 23 millones de años, por lo que era una estrella en evolución. Cualquier alteración en su estado natural provocaría un aumento de hidrógeno lo que se traduciría en una fusión que desencadenaría automáticamente un remanente lumínico, mejor conocido en tu planeta como lluvia de estrellas. Esto, lejos de ser bueno, es básicamente una implosión estelar, o lo que es lo mismo: la creación de una supernova.
Una implosión fase IV de una supernova de tal magnitud, como ya te imaginarás, provocaría daños severos o destrucción total del pulsar del cangrejo y de Zeta Tauri.
-Ok, todo muy bien, una historia extraordinaria, pero… ¿Yo qué tengo que ver con todo esto?
Augh, Antony… tú eres el dueño del portal… conociste a i, ambos se enamoraron, y de alguna forma hallaste el modo de crear un agujero de gusano, lo que provocó un viaje multidimensional. Atravesaste el tiempo –espacio diferido que te separaba de i y ocasionaste una grieta en el espacio, alterando el estado natural de la estrella y acelerando el proceso binario del período orbital: aumento de hidrógeno = incremento masivo de la magnitud= cambio de fase de estrella binaria a supernova tipo II.
En el año 1054, en tu planeta, la supernova fue notoria a la luz del día durante 210 jornadas y visible758 noches, a partir del 22 de diciembre.
SN1054, como la llamaron, alcanzó una magnitud de +2,88 y +3,15.3 y una velocidad radial+20 km/s. Dos días antes de la destrucción, tú decidiste alejarte de i para evitar daños colaterales, sin embargo la implosión resultó inminente y provocó un daño masivo a Tauri, algo comparable con la explosión de Nagasaki en tu mundo.

-De pronto, se hizo un silencio profundo, y Antony tenía una mirada entristecida, como quien acaba de encontrar algo que no deseaba encontrar -

- Y después los foquito - guardias me encontraron y me confinaron a olvidarte para no volver más a Tauri... U.U

Jajaja, siempre les dijiste "foquito-guardias" al Consejo Tauriano de Seguridad Intergálactica, augh, si, y tú no deberías estar aquí, después de la reconstrucción instalaron un sistema de redes cuánticas, tendrías que haber descifrado la paradoja de...-La paradoja de Schrondiger para llegar aquí...U.U, augh, lo hice... pero algo salío mal, la única forma de que el gato siga vivo... es fragmentarlo y por ello, te olvidé, mientras estoy aquí, otra parte de mí continúa en mi mundo, aferrado a todo lo que me hace ser yo, de lo contrario desaparecería. Sólo puedo estar contigo a pedazos...augh...

domingo, 2 de mayo de 2010

Arcoiris Nocturno

Yo no buscaba nada… y te vi… (8)
Apareciste en mi camino como aparece un arcoíris en una carretera sin lluvia.
El sol se oculta en el ocaso y el relente de la luna me invoca a sucumbir ante el encanto de la inercia.
En el reino de la oscuridad, sólo gobiernan las estrellas, dominadas por un letargo intermitente, discontinuo, indefinido. Un haz de luz siempre renuente a morir- y pese a las paradojas autoimpuestas, las predicciones fatalistas y las cajas esquizofrénicas… de pronto apareciste tú: un existencialista complejamente simple, la grieta estupefacta de una falla cuántica, que ocasiona el cataclismo inerte de una historia mil veces inconclusa.- A la puerta de la aurora claman los coyotes y el cenzontle, engreído, trata de imitar el kirikar de un gallo, mientras tanto, los temores se difuminan con la bruma espesa y el tenue fulgor de la instantaneidad me sonríe con malicia a través de la ventana de tu alma. Los matices intersectos se complementan para encallar el naufragio de una estrella.